La inclusión digital

Esta va a ser nuestra última entrada referente a la brecha digital.

 Este concepto pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo esfuerzo para que el uso de la tecnología llegue a todas las capas de la población. Hay que acercar la tecnología a los ciudadanos y formarlos, además de facilitar que existan instrumentos asequibles a toda la población. Considerar la tecnología como bien social.

La tecnología va a ser el motor de la economía mundial. Las TIC integrarán a sus usuarios en un nuevo orden con nuevas relaciones de un nivel global. La inclusión social propondría la creación de «entornos favorables», que normalicen el acceso de toda la población a los recursos.

La brecha digital es otro reflejo de las diferencias socieconómicas que se dan en este planeta, hay que atender a los factores sociales y culturales que han causado esta situación para poder introducir de una manera adecuada la tecnología.

El acceso al uso de las tecnologías de la información conlleva tres procesos:

En primer lugar, se necesita de una infraestructura de telecomunicaciones y redes, es una cuestión de disponibilidad. En segundo lugar, hay que tener en cuenta la accesibilidad de los servicios que ofrece la tecnología; y, en tercer lugar, es necesario poseer habilidades y conocimientos para poder conseguir hacer un uso adecuado de la tecnología que tenemos a nuestro alcance.

La brecha digital es un concepto que se mide, y que es necesario hacerlo. Se hace teniendo en cuenta una variedad de factores, además de los económicos: factores sociales, políticos, culturales, entre otros. Antes de hablar de Internet, cuando el uso más importante era la telefonía, la condición en la que se hallaba un país se medía en términos de densidad telefónica, teledensidad, o lo que es lo mismo, el número de abonados con línea por cada cien habitantes. Un país en vías de desarrollo su teledensidad es inferior a 20, mientras que en países desarrollados se supera el 80%.

Hace unos años se creó el Índice de Acceso Digital, es el primer indicador mundial capaz de clasificar el acceso de las TIC. La idea principal es medir la capacidad que tienen los ciudadanos de cada país para acceder y utilizar las TIC, teniendo en cuenta los cuatro factores fundamentales que tienen que ver con la capacidad de acceso a las TIC, como la infraestructura, la asequibilidad, el conocimiento y la calidad.

En siguientes entradas acabaremos de desarrollar del todo estos conceptos, de brecha digital, inclusión social, etc.

Tipos de brecha digital.

En esta entrada continuaremos hablando de la brecha digital, adentrándonos en qué tipos de brecha existen.

Encontramos varios tipos de brechas, o diferencias en las posibilidades de acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, podríamos hablar, con carácter general, de tres tipos:

En primer lugar, estaría la brecha de género. En todos los países el internauta tiene un tipo de perfil definido, puesto que ya comentamos que el uso en Senegal estaba predominado por los hombres, esta vez nos centraremos en España. El perfil de internauta en España se centra en los hombres, de unos 15 a 34 años, residentes en capitales de provincia, con estudios y ocupados laboralmente. Queda demostrado que las mujeres se conectan menos a las redes que los hombres. En un país en el que hay mas mujeres que hombres, un 51,0% frente a un 49,0%, el 53,7% de los internautas son hombres. Estas diferencias entre hombres y mujeres aumentan a medida que nos vamos yendo a países menos desarrollados, básicamente porque sus culturas son más machistas, en general. En el otro lado, tenemos a Estados Unidos que, aunque no hace mucho tiempo, las mujeres han superado a los hombres en el uso de la Red. Uno de los retos que acabarían con un tipo de brecha digital sería favorecer el acceso de la mujer a las TIC.

En segundo lugar, esta la brecha territorial, los habitantes de las zonas rurales se conectan menos, este es un hecho que uno de los miembros del blog lo hemos podido vivir y asegura que el uso en estas zonas es mucho menor al que se habla en capitales de provincia o en ciudades. Unos 4 millones y medio de españoles residen en municipios rurales que ni siquiera tienen la posibilidad de acceder a un Internet de banda ancha. Esto es lo que más debe importar a las administraciones, con la mirada puesta en la cohesión territorial y en la puesta en valor de los recursos de las zonas rurales para la diversificación de las actividades económicas.

En 3 lugar, y por último, está la brecha generacional. Los usuarios que más se conectan a las redes, son como hemos dicho en el primer punto, los ciudadanos de entre 15 y 34 años, pero además a medida que avanza la edad dentro de esta selección, el uso de las redes va disminuyendo. Es obvio que los jóvenes son más receptivos a las TIC y sus capacidades para recibir información son mayores.

En nuestra opinión, faltaría añadir un tipo de brecha que estaría relacionado con los niveles económicos de la sociedad, pues no es igual el acceso a las TICs de la clase baja que de la clase alta.

La brecha digital.

En anteriores entradas hemos hecho referencia a la brecha digital, hemos pensado en retomarla y en dedicarle un par de entradas a ella. En primer lugar vamos a explicar de qué se trata.

La idea de brecha digital se utiliza de una manera igual con dos sentidos diferentes. El primero tiene un alcance restringido y hace referencia a las diferencias, tanto sociales como económicas entre las comunidades o los grupos sociales que disfrutan del servicio de Internet y aquellas que no lo tienen. Por otro lado, tiene un aspecto mucho más amplio cuando entendemos que no solo se trata de Internet, si no de todo lo que conlleva y todos los instrumentos relacionados con las tecnologías de la información y la comunicación, es decir, las TIC.

La brecha digital, por tanto, nos dimensiona y ayuda a entender las diferencias que se producen en los grupos, personas y territorios en el acceso a la tecnología y su uso normalizado y capacidad de disfrute de las ventajas que aporta.

Para entender bien este concepto, creemos que es necesario hablar de su procedencia, si procedencia nos lleva al concepto inglés «digital divide», durante el mandato de Clinton expresaba las diferencias que se venían dando en los Estados Unidos entre los conectados y los no conectados y que tenía mucho que ver con el esfuerzo que tenía que llevar a cabo la administración para hacer inversiones que favorecieran el acceso de estos no conectados a las nuevas tecnologías.

Un concepto relacionado con brecha digital es alfabetización digital, es decir, las competencias básicas que tiene que tener el individuo para el uso normalizado de las nuevas tecnologías, competencias que se adquieren a través de formación y que llegan a permitir mejorar la posición de los ciudadanos en el mercado laboral. Esta alfabetización debe convertirse en el reto principal y en el objetivo principal de todos los gobiernos, ya no solo a nivel nacional, si no a nivel internacional, apoyando a los países en vía de desarrollo. Se convierte en fundamental formar a la gente en edad laboral para que puedan usar estos instrumentos, pues son indispensables en todos los entornos laborales.

Las nuevas tecnologías son una potente herramienta de comunicación que genera unos valores comunes entre individuos y grupos creando un nuevo contexto que no se conocía hasta el momento. Las TIC se convierten en un instrumento de cambio y transformación socias, gracias a estas herramientas se han traspasado las barreras tradicionales de territorialidad y de cultura, al proponer un contacto permanente y continuado entre individuos de todo el mundo, ahora lo necesario es que estas barreras se traspasen en todos los lugares y por parte de todos los ciudadanos.

Según Internet World Stats, actualizado a diciembre de 2008, hay algo más de 1.400 millones de internautas de los que el 60% viven en los países industrializados. En Europa hay 384 millones de usuarios mientras que en África hay 51 millones. (http://www.internetworldstats.com/stats.htm). Sin embargo hay un crecimiento espectacular en Asia en los últimos años que colocan a este continente en la cabeza del número de usuarios de Internet. Si atendemos al grado de penetración en la población de Internet podemos ver que África presenta menos de un 5%, mientras en el polo opuesto Norteamérica está en un 73% o Europa en un 48%

Seguimos con Senegal.

Hoy acabamos con el análisis de este caso que comenzamos la semana pasada. Nos quedamos por el crecimiento del fenómeno. ¿A que se debe?

El crecimiento de este fenómeno se debe a que el primer experimento fue un éxito. Jugaron un papel importantísimo en el desarrollo pacífico de las elecciones. El fenómeno pasó de ser un pasatiempos, se constituye como un elemento más de la sociedad civil e incluso tiene un ascendente nivel de influencia en la vida política y social. Este crecimiento ha hecho que sean cada vez más los usuarios senegaleses que se identifiquen con las herramientas como forma de adherirse a la realidad. Mantener un blog o usar redes sociales se ha vuelto un rasgo de identidad.

Solemos oír que el uso de Internet provoca actitudes individualistas, por el hecho de estar tú solo de cara al ordenador, pero nada más lejos de la realidad, es una forma más de sociabilidad con unas reglas diferentes a las de las relaciones cara a cara. En Senegal observamos una doble dimensión. Por un lado, la parte individual de definición personal, convertirte en ciudadano activo y hacerlo a través de las redes y por otro lado, la dimesión colectiva, la persona en cuestión se relaciona con la comunidad. Estas dos caras de la moneda se confunden y relacionan entre sí, como decía Imma Tubella “en la sociedad red no hay nad más colectivo y más social que la construcción de la identidad”

La identidad en las redes sociales nos permite crear un nuevo yo, en el caso senegalés los avatares son descriptivos, o hacen referencia a identidades soñadas, espías, héroes, al movimiento panafricanista, al movimiento rasta y a las culturas urbanas.

Lo interesante del proceso senegalés es como los usuarios rechazaron sus identidades individuales para adquirir una identidad colectiva, la de miembros de la comunidad de Sunu2012. Esta identidad hace referencia al compromiso político, a la voluntad de conseguir unas elecciones legítimas y transparentes. El mensaje que con más fuerza intentaron transmitir fue el de la necesidad de participación.

La fuerza ciberactivista senegalesa radica en la capacidad de mezclar la relación virtual con encuentros presenciales. A partir de la experiencia de las elecciones presidenciales, su éxito hace que los organizadores convoquen un encuentro mucho más multitudinario.

En la medida en la que la comunidad aumenta, la diversidad de los miembros ciberactivistas también aumentará, uno de los condicionantes de esta variedad es la accesibilidad al equipamiento necesario, ya sea ordenadores, teléfonos móviles o corriente eléctrica. Estos tres requisitos son limitados, aunque a medida que avanza el tiempo, la tendencia es que cada vez sea más accesible la penetración de Internet en el país. El problema es que el acceso a Internet no es una cuestión solo material, sino que también se ve afectado por la familiaridad con las herramientas. En un país como Senegal por cuestiones generacionales que tienen que ver con la analfabetización digital, las TIC han costado mucho de insertar, problema que se está solucionando a través de programas de inserción de éstas en el entorno educativo. En estos países el sujeto activo ciberactivista es de manera predominante masculino, con estudios universitarios relacionados con la informática o la comunicación. Este perfil demuestra que el uso de la tecnología está muy desventajado con respecto a los países desarrollados.

El caso de Senegal.

En la primera entrada, relacionada con los países subdesarrollados, mencionábamos a Senegal, en esta entrada nos gustaría analizarlo más a fondo.

Las diferencias producidas por la brecha digital que vemos en el mundo, tratado como podemos trabajar para ser una sociedad global en la que prime la igualdad y visto qué papel puede jugar la educación en ello, nos gustaría comentar el caso que se vivió en Senegal y cómo un prácticamente primer experimento puede llegar a ser todo un gran éxito.

El mundo está constituido con una serie de restricciones que hacen que no todo el mundo tenga acceso a las mismas cosas, no todo el mundo tiene acceso a los medios de comunicación, en ocasiones, estas restricciones vienen motivadas por el desinterés, sobretodo, político.

Las nuevas formas de debate han borrado algunas de estas barreras. La tecnología, ha modificado hábitos, pero, de igual manera, ha producido cambios en la sociedad. Cada vez podemos encontrarnos con más ciudadanos en África que se definen como usuarios de ésta, ya sea como blogueros, ciberactivistas, etc. El uso de las TIC no es un entretenimiento o “vicio”, como algunos, en especial quien no las utilizan, suelen llamarlo, sino que se trata de un rasgo identitario.

En el caso de Senegal, a partir de una serie de iniciativas, llevadas a cabo durante las elecciones presidenciales que fueron celebradas en 2012, se sentaron las bases para que muchos de los usuarios comenzaran a usar Twitter o a comenzar sus propios blogs. Se realizaron entrevistas a los usuarios más activos durante la campaña electoral, en ellas hablaban sobre como veían estas nuevas herramientas, sobre lo que les motivaba a usarlas y sus previsiones de futuro sobre la evolución de esto con carácter de compromiso social.

Es un caso que resulta paradigmático. Las condiciones que se dieron en ese momento lo hicieron pasar casi por un experimento. Se trataba de una investigación, sobre el uso de las redes durante las elecciones. Por otro lado, existía la posibilidad de observar el fenómeno casi desde los inicios y poder observar la primera evolución hace que lo podamos considerar como estudio. El año 2012 comenzó en Senegal con la preparación de las elecciones presidenciales, era una cita con un interés transcendental. A medida que llegaba el momento el interés crecía. Por un lado, la familia del presidente, Abdoulaye Wade, no paraba de estar involucrada en escándalos de corrupción. Por otro lado se alertaba de las intenciones de Wade de aferrarse al poder incluso llegando al uso de la manipulación del proceso electoral. Todo esto iba aumentando el descontento de la población, que había sufrido un aumento de precios y deficiencias en los servicios públicos. Wade había tomado decisiones políticas contestadas por la población. Su candidatura fue aprobada por el Consejo Constitucional y esto causó una gran crispación, más aún, cuando las manifestaciones acababan en violencia. Este ambiente de violencia se saldó con alrededor de 10 fallecidos. Este contexto fue el que hizo trinunfar este fenómeno nuevo en el África Occidental, el uso de las redes sociales como método de denuncia y como medio de expresión de la sociedad y de los ciudadanos anónimos activos. Se convirtieron en el lugar que informaba de la realidad de Senegal, sus autores estaban en las calles y las informaciones llegaban de sus propias vivencias, incluso acompañadas de fotografías y vídeos. Se convirtieron en fuente de información fundamental. Es fenómeno fue posible en un país como Senegal, simplemente, por la coincidencia de una serie de factores. Las condiciones tecnológicas del país lo permitían y existía una pequeño grupo de personas con los conocimientos e inquietudes necesarias. Las iniciativas que habían nacido en paralelo acabaron confluyendo.

La próxima semana seguiremos comentando el ejemplo de Senegal.

Actuar de manera global.

¿Se puede educar a la población para conseguir ser una ciudadanía global? La nueva forma de entender ciudadanía requiere de nuevos marcos para una educación basada en la paz, justicia y solidaridad. Esto acarrea una serie de cambios.

En primer lugar habría que redefinir los contenidos con el objetivo de conseguir una visión crítica de la globalización y de la ciudadanía global, y de las carencias que supone ese fenomeno. En segundo lugar, habría que hacer más fuerte la relación entre gobiernos democráticos cosmopolitas y paz, desarrollo, justicia e igualdad. Y, por último, relacionado con ONGS y con el ciberactivismo y sus movimientos sociales definir unas pautas de participación.

La educación para esta ciudadanía global puede considerarse como un instrumento válido para conseguir una transformación social. Esta orientada a apoyar a los grupos más desfavorecidos de la sociedad, examinando las desigualdades que han sido producidas por el fenómeno de la globalización y fomentando medidas enfocadas a hacer frente a este problema. Hay que conseguir que las personas sepan sus derechos y tengan conciencia de la situación, del  nivel político, económico, porque puede que éste explique porque no se respetan sus derechos. Tienen que ser sujetos activos, capaces de resolver sus problemas. Una de las formas que se puede adoptar para hacer frente a estos problemas, es el ciberactivismo en la red, de esta manera conseguirás que llegue a más gente y que se haga más eco de tu problema.

La educación puede llevar a alternativas que puedan hacer frente al lado negativo de la globalización, tiene que considerarse una práctica social transformadora hacia un sociedad más justa, donde prime la igualdad. Para ello, lo ideal sería que la educación traspasara el nivel escolar y llegara a ámbitos no formales, como el tiempo libre, o formales, como los medios de comunicación. ¿Por qué usar los medios de comunicación? Porque los medios tienen un papel importantísimo en la trasmisión de valores y de conocimientos.

Hay que reorganizar el conocimiento y establecer unos métodos que permitan aprehender entre las partes y el todo, pues vivimos en un mundo caracterizado por lo audiovisual y por Internet y las redes sociales, que cada vez están más en auge. Se trata de un conocimiento en el que tengamos la capacidad de valorar la realidad local- global.

Hay que tomar conciencia de que estamos en un mundo interrelacionado y tenemos que aprehender de manera global, porque más tarde, eso nos servirá para ser capaces de actuar de manera global.

Ciudadanía global.

Esta ciudadanía global de la que acabamos hablando la semana pasada en «Dar voz a los sin voz», hace referencia al estatus del individuo en cuanto a su relación con su comunidad, reconociéndose como parte de ella.

Adela Cortina decía que el concepto de ciudadanía integraba un conjunto de derechos, un conjunto de responsabilidades, es decir, un estatus legal y otro moral, además de una identidad, que hace que la persona se sepa y se sienta parte de una sociedad.

La identidad colectiva de una comunidad social se basa en lo que comparte, en lo común, lo reconocido o identificado con el común.

Las propuestas de democracia cosmopolita se enmarcan dentro de la noción de ciudadanía globlal. Las personas prodrían disfrutar de múltiples ciudadanías. Se podría ser ciudadano de comunidades políticas inmediatas y de las redes que afecten a sus vidas, ya sean, globales, regionales, comarcales o locales. La sociedad cosmopolita abarca los varios sistemas de poder y autoridad que operan a través de las fronteras.

Los estados convivirían con un conjunto de derechos democráticos globales y adquirirían unos derechos y deberes con una dimensión supraestatal. Crear una ciudadanía cosmopolita exige democratizar el espacio global y darle a la justicia una dimensión planetaria.

«Ciudadanía», quedaría como un elemento unificador e integrador, sería un proceso por la que los ciudadanos compartiríamos unos valores y unas normas de comportamiento que hicieran posible una convivencia y nos otorgaran una identidad colectiva, es decir, una identidad colectiva y global.

Esta ciudadanía implica tener que proteger unos bienes comunes, en relación con el medio ambiente, la educación, la salud, o la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Ciudadanía global nos lleva a pensar en las dimensiones sociales de la globalización. La globalización neoliberal ha provocado el aumento de la pobreza, la desigualdad y la exclusión social, cosas que hemos dicho que una ciudaadanía global trataría de eliminar.

La pobreza no desaparece por falta de voluntad política para erradicarla. Para construir un mundo democrático, en el que seamos todos ciudadanos del mundo, tiene que haber una una justicia social y un equilibrio ecológico.

«Dar voz a los sin voz»

Las TIC están facilitando unas nuevas formas horizontales de construir el conocimiento, estas nuevas formas se consiguen a través del uso de las redes sociales, los blogs y otras herramientas parecidas. Los movimientos sociales intentan conseguir «dar voz a los sin voz» y así poder difundir sus formas de ver la vida y unas propuestas diferentes a las dominantes, unas propuestas, que tal vez no se había escuchado nunca.

La utilización de las TIC ha generado nuevos discursos y nuevas formas de afrontar la realidad. Las fronteras trazadas entre lo desarrollado y lo subdesarrollado son cada vez más borrosas y los discursos llegan desde distintas procedencias, creando así un universo cognitivo en el que se hace posible tener distintos puntos de vista de la realidad.

Los movimientos sociales, a partir de las redes sociales, han convertido la comunicación  en una herramienta de desarrollo. Se crea así una comunicación capaz de transformar la realidad y promover la participación para construir ciudadanía. La capacidad de trabajar en red permite dar una mirada nueva de la realidad, mostrando algunas hasta ahora ocultas, que no existían, simplemente, porque no habían sido nombradas. A partir de las TIC se han desarrollado nuevas estrategias periodísticas y se ha promovido el ciberactivismo. Un buen ejemplo de la construcción colectiva del conocimiento son las wikis, unos conceptos que admiten contribuciones de diversas personas, véase la Wikipedia, elaborada por miles de personas de todo el mundo, aunque también hay que destacar que eso puede conllevar dar una información errónea, cosa que a veces pasa en esta página.

Estas nuevas posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías plantean múltiples retos a las ONGD. Por un lado, como desafiar a Occidente con otros enfoques y formas de abordar la realidad, esto implica tener que crear una estrategia comunicativa para difundir los nuevos mensajes y discursos.

Desde el punto de vista de la educación sería interesante descodificar las imágenes y los mensajes distorsionados sobre el Sur y, de la misma manera, adquirir habilidades comunicativas para difundir datos sobre los problemas del Sur, creando nuevos discursos que promuevan valores de justicia, solidaridad y compromiso.

La comunicación ha tenido una gran influencia en la formación de una conciencia ciudadana. Cada vez más personas tienen un futuro colectivo, es decir, están en lo local y lo global al mismo tiempo. Por ello hay que construir, como dice Leonardo Boff una «ética planetaria» en la que compartamos ideas y valores.

Se trata de convertirnos en, como decía un anuncio publicitario, «ciudadanos de un lugar llamado mundo», conectando la participación política local con las reivindicaciones locales de paz, justicia, democracia e igualdad.

El ciberactivismo en la globalización.

El papel que juega la educación en el contexto internacional es una de las principales preocupaciones que tenemos en la actualidad. Desde cuáles deberían ser los fines y objetivos hasta que es necesario para hacer frente a los problemas, tanto globales, como locales que nos afectan. Es decir, como promover la formación de las personas en un mundo globalizado, y como hacerlo en un mundo globalizado y como hacerlo desde la solidaridad, el respeto y la justicia.

La intensificación de los procesos de globalización en  todos los ámbitos es, como hemos dicho antes, uno de los fenómenos más importantes en las últimas décadas, tiene implicaciones en el desarrollo, en la educación y plantea desafíos que es necesario abordar.  En esta globalización se produce una exclusión social generada por sus dinámicas, una exclusión que atenta contra la igualdad de derechos, estas diferencias destacan más lo que llamamos tercer mundo.

Ulrich Beck caracteriza la globalización como una «sociedad del riesgo». Los riesgos pueden ser reales o derivar de la percepción y construcción social del mismo. Son las principales fuerzas de la movilización política y la comunicación.

Bauman habla de las sociedades actuales como «sociedades líquidas», basadas en el cambio y la transitoriedad de las relaciones humanas. Una sociedad que va a toda velocidad.

Se produce una globalización desde abajo, incluyendo los movimientos sociales que han llevado a tener problemas de carácter global. En un ámbito con agendas repletas de convenciones organizadas por Naciones Unidas o por ONGs han sido especialmente importante el trabajo en la red, ya sean redes locales, nacionales e internacionales. Internet ha hecho más accesible el establecimiento de alianzas con otras organizaciones sociales.

Esta sociedad civil global propone una comunidad política global, con unos valores y problemas comunes. Consiste en que las personas participen en diversas comunidades territoriales y políticas que les afectan y, por ende, conseguir una variedad de formas de intervención política y ámbitos de ejercicio de ciudadanía.

Las distintas esferas de ciudadanía entrecruzadas deberían garantizar la participación en
todas la comunidades políticas, desde las locales hasta las globales.

Esta posibilidad de participar en asuntos a nivel global, no hubiera sido posible sin la revolución global de las comunicaciones, que han permitido a los movimientos sociales llegar a al público en una escala internacional.

La velocidad y volumen de estas comunicaciones globales no tiene precedentes y convierte en instantáneas cualquier comunicación entre grandes áreas del mundo.

En definitiva, las personas nos exponemos a los valores de otras culturas, la globalización está contribuyendo a crear novedosos patrones de comunicación e información. El modo en que la gente da sentido ahora al mundo está marcado por unas ideas y unos valores construidas en torno a ideas y valores de distintas procedencias.