Mediactivismo: fase superior de la contrainformación

El activismo mediático, surge como una superación del modelo contrainformativo y como una acción dirigida a acabar con la pasividad política que se impone de forma masiva en los medios de comunicación.

Franco Berardi, Bifo, un filósofo contemporáneo italiano, nos habla de ello con su crítica de la contrainformación.

En un principio, la función del mediactivismo es desvelar algo que el poder esconde. Algo que hereda de la contrainformación clásica. Pero Bifo considera a la contrainformación como ingenua en el aspecto de lo que entiende por información. Porque se opone a la mentira, o mejor dicho, que defienden la idea que hay una verdad no revelada, sin parar a pensar en que la información es una construcción política con una intencionalidad. En cambio, el mediactivismo, no está basado en el indicio de una verdad objetiva.

En el flujo mediático, como dice Bifo: “no se dirige a la atención consciente y no trabaja sobre los contenidos. Trata de influir de modo subliminal modelando reacciones cognitivas, formando hábitos mentales que reduzcan la capacidad de reacción critica y nos predispongan a una asimilación pasiva e irreflexiva de lo real-mediático”[1] Por lo que, los mensajes contrainformativos regidos hacia una racionalidad del receptor no tienen lugar en el mediactivismo.

El activismo mediático, aparece como hacking o interferencia técnica de los medios empresariales cambiando así, las estrategias; brain hacking o subvertising. Este se le considera como el arte de la resistencia cultural que trata de modificar el mensaje del anuncio o el discurso político. El subvertising, se encuentra entre el mediascape y el mindscape[2], donde se define el lugar del discurso público, se establece lo que se puede y no se puede ver y se construyen los criterios de selección de la atención colectiva. Bifo, en su teoría, divide el ámbito comunicativo en dos planos: uno social en el sentido amplio (mediascape) y otro psíquico (mindscape, que es la estructura cognitiva que procesa lo percibido). Y la infosfera, es la interface que media, de lo que se emite y lo que se recibe.

Es en este momento, donde las acciones comunicativas de los movimientos se producen en un espacio mixto, en el que interactúan redes sociales sobre las redes tecnológicas. La contrainformación, se libra de las limitaciones operativas que le impedían convertirse en un instrumento dinamizador y de expansión de las redes activistas a nivel global. Un medio nuevo, la Red, que ha verificado su potencial en la creación de redes subterráneas de resistencias política y de producción simbólica. Porque el actor colectivo en el conflicto político contemporáneo, necesita ampliar su espacio de intervención.

[1] REUNIÓN DE OVEJAS ELECTRÓNICAS [ROE]. Ciberactivismo, sobre usos políticos y sociales de la red. Virus editorial: 2006.

[2] Mediascape de la industria cultural, el ámbito de la producción de discursos massmediáticos. El mindscape es el plano de la aprehensión y procesamiento individual de los datos recibidos (Bifo: 2003, 2004).

Nueva forma de manifestación: la contrainformación.

Internet es el medio paradigmático de la contrainformación. Hasta su irrupción podríamos hablar de su prehistoria, del underground del que ha salido para convertirse en el medio y el mensaje de las redes sociales. El ciberactivismo tiene algo que a los políticos les asusta un poco, que es la ausencia de control en la información. Además, teniendo en cuenta que con el modelo anterior el ambiente político tenía siempre la posibilidad de hacer un seguimiento y una vigilancia de lo que se dice o no. Esto genera una controversia en el ambiente político, porque es un cambio de las formas tradicionales de comunicación política.

En la actualidad, vemos que personajes políticos apuestan por las redes sociales para aproximarse al público, a los ciudadanos, y así saber de primera mano la opinión de ellos, ya que es un modelo que permite la interactividad. Aún así son pocos los que se animan a aplicarlas o muchos lo hacen de forma incorrecta, por moda. Por lo que estos nuevos espacios de manifestación hay que tratarlo seriamente y con conocimiento. Porque no es el activismo del estilo tradicional, sino que contagia y hace partidario a aquellos a los que antes no se podían manifestar. Por lo que se puede afirmas que las nuevas tecnologías de la era digital, han generado un nuevo método de protesta. Y esto es lo que tiene miedo el ambiente político (ausencia de control de la información).

Así que, la mejor forma de afrontar este miedo, es la de general estrategias inteligentes de los ámbitos políticos para utilizar las aplicaciones de este activismo (web 2.0) a favor y que no se transforme en una arma en contra.

Por ejemplo, en el siguiente video se muestra las movilizaciones que se hicieron en España, después del atentado 11-M. Estas movilizaciones generaron una crítica de los ciudadanos españoles hacia el Partido Popular, que rápidamente perdió votantes y credibilidad frente a la población española. Y posteriormente perdió las siguiente elecciones frente al PSOE.